domingo, 14 de noviembre de 2010

Liberto

Aun me acuerdo cuando me convertí en esclavo, después de una dura, larga y sangrienta guerra en la que muy pocos sobrevivimos a la masacre. Y creer que después de lo vivido envidiaba a los muertos, y me preguntareis; ¿Por qué no te suicidaste si tan duro fue lo que viviste?. Pues no os niego que lo habré pensado y sigo pensándolo, ya después de veinte años que paso aquello, la verdad por la única razón por la que no lo he hecho ha sido por cobardía, siempre he sido un cobarde, por eso precisamente no morí en aquella guerra,ya que no tuve agallas a enfrentarme al enemigo y solo hice que esconderme,solo por mi instinto de supervivencia.
No me gusta nada ser así, pero los dioses quisieron que no fuera perfecto y aquí me tenéis esclavo de un dominus y una domina los cuales no me tratan precisamente bien, aunque no me puedo quejar del todo, ya que tengo comida, y un techo que me cubre.
Siempre y cuando haga todo lo que me pidan y de la mejor forma posible, para que estuvieran satisfechos conmigo; la experiencia hace al sabio, ya que he pasado muchos días al raso y sin comer por no hacer bien mi trabajo o por no hacerlo con una sonrisa en la boca, en señal de gratitud a mis amos. Tengo presente un día en el que en plena tempestad tuve que dormir fuera, aun sigo sintiendo la lluvia helada cayendo como agujas en mi piel y el viento gélido y golpeaba mi cuerpo huesudo en el que parecía que cuando me levantara mi tunica encontrara un montón de hematomas.
Bueno, siempre dicen que de los errores se aprende,y sí, se aprende y mucho, después de aquella noche no volví a hacer nada mal.
En realidad tuve suerte, porque a los seis años de mi superveniencia en a domus presencie en carne viva como pegaban a un compañero mio y como mataban a otro, no solían durar mucho,o morían o eran intercambiados por otros. Yo fui el único que consiguió resistir a aquella inspección rutinaria, lo he dicho al principio y sigo diciéndolo ahora estoy hecho para sobrevivir.
Esta mañana mi dominus me recompenso todos los años de fidelidad y buena conducta, y me ha concedido la libertad, me dio una cuantas nummi y una tunica nueva, hacia tanto que no me lavaba la mía, ya no recordaba ni su olor.
Ya era un liberto, aunque eso no significara separarme del todo de mis responsabilidades para mi dominus. Ya que si él necesitaba mi ayuda, siempre tenia que estar dispuesto a dársela, y de hecho lo estaba. Después de todo lo ocurrido tenia algo de simpatía por el dominus y la domina y por supuesto por sus liberi.
Sabia que iba a tener nostalgia de aquellos años en esa domus, ya que era como si me hubiera criado allí, ahora estaba en otra etapa de mi vida y tenia que empezar de nuevo, pero como siempre me las arreglaría como mejor pudiera, por algo me llaman Iulius.


Fátima Bartoll Andreu 1º Bachiller

7 comentarios:

  1. Me ha encantado. Refleja muy bien las penurias del esclavo. ¡¡Enhorabuena Fatima!!

    ResponderEliminar
  2. me ha gustado mucho! en el texto te podias meter en la piel del protagonista y todo

    enorabuena!!

    ResponderEliminar
  3. buaa lo de la lluviame a llegado hasta a doler i todo cuando lo leia jajaja muy buena historia fatima =)

    ResponderEliminar
  4. Si estoy con eric y con mari carmen se hace creer la historia, para mi mas en ese momento, pero el resto esta muy bien! bien pensada la historia :)

    ResponderEliminar
  5. Vaya :) muchisimas gracias.
    En verdad todos nos lo hemos currado un monton.
    De aqui al premio nobel,jeje

    ResponderEliminar
  6. Jaja pos no estaria maal!! Siesque... como se nota que somos de letrass!! =D

    ResponderEliminar
  7. Una historia muy buena, pero la ortografía y la consecutio temporum hay que revisarlas.
    Enhorabuena!!

    ResponderEliminar