MARS

Marte es el dios de la guerra, la matanza y  la lucha. Representa la muerte, el dolor y la destrucción. No es bien recibido ni honrado en ningún lugar de Grecia y tiene que recluirse en su tierra, la belicosa Tracia, donde habitan sus hijas las Amazonas.  Hay algunos mitos bastante interesantes cuyo protagonista es el dios de la guerra.

1. Un día, dos gigantes gemelos: Oto y Efialtes, quisieron hacerse con el control del Monte Olimpo, y como primer paso, secuestraron a Marte y lo introdujeron en una vasija de bronce, impidiendo que salga durante 13 largos meses. Para liberarlo, la diosa Artemisa, promete ser la amada de Oto; pero entonces, Efiates, preso por la envidia, se enfrentó a su hermano. En este momento de confusión, Artemisa se convirtió en cierva para escapar, y pasó entre los dos. Los hermanos lanzaron cada uno su respectiva lanzas, pero se mataron mutuamente.
2. Mientras Marte copulaba con Venus, encomendó a Alectrion la custodia de la puerta para que nadie pudiera entrar y los viese. Pero este se durmió en la puerta y Helios, el dios del sol, se coló en la estancia. Desde entonces, Alectrión, al que Marte convirtió en gallo, canta cada mañana cuando el sol aparece por el horizonte.

Este producto hace directa referencia al nombre del dios de la guerra: Marte ( Mars en inglés). Los ingleses consideraron ponerle este nombre por diversas razones: el nombre del producto aparece escrito con un color rojo vivo en el envase; y esto se relaciona con la sangre ( Marte era el dios de la guerra, y en las guerras siempre hay sangre); también puede hacer referencia el color anaranjado/rojizo del caramelo (que tendría la misma relación antes comentada). Otra relación podría ser, la dureza del chocolate. El dios era fuerte, valiente, duro, intentaba que no le vencieran nunca. De igual manera que la chocolatina. Es relativamente dura almasticara; e intenta que los demás dulces no ‘’ la ganen en batalla’’.

En mi opinión, el nombre ha sido bastante acertado. Este chocolate ha tenido un gran éxito ( cosa demostrable con la gran cantidad de anuncios televisivos que vemos); y el sabor también es bastante bueno.